viernes, 13 de febrero de 2015

¿Cómo ser feliz? (Parte II)

2. Dar y compartir. 

Otro de los consejos que dan para ser feliz es compartir, dar. Se siente un fresquito cuando uno puede hacer algo por alguien que lo necesita. Es como si todo se volviera más leve cuando uno puede realmente ayudar a alguien. Pero hay un ‘pero’. Jorodowsky posteó en Twitter esta frase que me parece muy cierta: “Le hacemos daño obligando al otro a recibir algo que no pide”. He pasado por situaciones en donde el otro no aprecia lo que le “di” porque no lo necesitaba, e incluso terminé haciendo daño. Estando en la universidad tenía una amiga con la que hacía todos los trabajos. Recuerdo que un día llegó con un brote en el cuello y le dije: “Tienes un rojo en el cuello ¿Lo viste?” A lo que me respondió: “¡Siempre estás buscando mis defectos!”. Me quedé en blanco, no supe que responder y más nunca le dije nada. Yo pensando que mi comentario podía ayudar en algo, lo que hizo fue hacer daño. Mis sinceras disculpas. No fue mi intención. Hay que saber en que momento ayudar, y tener cuidado lo que se da y a quien. Puedes estar haciendo daño, incluso sin querer. Y puedes sorprenderte y salir crucificada. Es claro que siempre hay excepciones.

Dentro de ese compartir está tener amigos. Salir a vivir la vida con ellos. De eso se trata la amistad, de compartir, de acompañar y sentirse acompañado, de poder ayudar cuando la otra persona lo necesite. Incluso, tu pareja, tiene que ser muchas cosas, entre esas tu amig@. Compartir momentos con la gente es lo que te va a hacer reunir historias para contarle a tus nietos, es lo que te va a hacer más fuerte, es lo que te va a hacer sentir vivos, es lo que te va a aleccionar para seguir viviendo. Nadie vive feliz en un cuarto solo. Somos gregarios, sociales, necesitamos de la gente, aunque a veces pensemos que no. Y como decía Forest: “Para tener buenos amigos, sé un buen amigo”. Todos sabemos como queremos que nuestros amigos se comporten con uno. Así hay que ser, sin esperar nada a cambio, sin abusar, sin ser desagradecidos, sin mentir. 


3. Hacer lo que a uno le gusta. 

El que hace lo que le gusta y encima le pagan, ha llegado al cielo. Yo me imagino que todos los músicos deben ser felices. Deben haber pocas personas en el mundo que fueron obligados a ser músicos. Conozco músicos que fueron obligados, pero no creo que sea la misma cantidad de abogados obligados. Igualmente pasa con los diseñadores. Lo que no nos hace totalmente felices son los salarios. Porque díganme si vivir en un país donde pagan tan poquito, que no da ni para vivir más o menos, después de haber estudiado 4 o 5 años en una universidad cara, es algo gratificante. Pero debe ser más terrible vivir con ingresos bajos haciendo algo que a uno no le gusta. La felicidad está en hacer lo que te inspire, lo que te guste, y hacerlo de la mejor manera con regularidad. Eso es importante. Desde hace rato estoy con la idea de que quiero inscribirme en un curso de danza ¡como me hace feliz bailar!. Saco todas las excusas y nunca voy. ¡Ni siquiera sé donde queda la escuela más cercana! Ni siquiera voy los fines de semana con mis amigos a una discoteca. Hasta para hacer las cosas que a uno le gustan hay que tener coraje. Para terminar, y algo no menos importante, diría que hay que hacer lo que a uno le gusta, pero con libertad, y la libertad de uno llega hasta donde comienzan los derechos de los demás. Es decir, si me gusta robar, no puedo robar todo el tiempo porque me gusta, y olvidarme de lo que le a los otros les corresponde.


4. Amar.

Saludar, sonreír, ser amable, besar, abrazar, etc., son manifestaciones de amor. Es bonito sentir que las personas responden bien cuando uno es amable y abierto, cuando siente energías positivas, cuando se crea un clima de amor. Gandhi decía que “El amor es las fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el mundo”. Esta frase se la he escuchado a mi hermano varias veces y sí, creo que viviendo en el amor se pueden llegar a muchas cosas. Se siente cuando algo está hecho con amor y cuando no. Cuando hay cuidado en los detalles, cuando hubo un esfuerzo. Para vivir bien y ser feliz, primero hay que amar la vida. Amar a las personas a tu alrededor. Pienso que el reto no está en estar con las personas que amas, sino amar a las personas con las que estás. Cuando uno da amor, generalmente encuentra eso de vuelta. Y es sencillamente satisfactorio estar con las personas que amas. Amar tu vida, lo que te rodea, tus virtudes, tus defectos, tu cuerpo, tus verrugas, tus ojos claros, tu nariz chueca, tu cuello largo, tu gordito. Sin embargo, hay q ser manso, pero no menso. Y ese es el siguiente punto.



(Continuará)


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